lunes, 8 de septiembre de 2008

El hombre civilizado

La fantasía de que otro hombre (un hombre sabio, un hombre justo y honesto) proteja nuestro sueño de pesadillas intrometidas, ronda constantemente la realidad de depender de otros para disfrutar nuestra humana "libertad".
La civilización, como oposición a la barbarie, le da al hombre una condición social más adecuada al momento histórico dado o, siendo más generosos con el término, un supuesto mayor respeto por los intereses del resto de las personas.
La duda surge a partir de cómo se imponen estas reglas que rigen las sociedades más civilizadas. Si bien están dispuestas a lidiar con una visión del hombre como lobo de sí mismo, arrastran implícitamente un concepto deshumanizador que usualmente es ignorado.
No quedan dudas que la organización social es una necesidad del conjunto de la población para poder convivir. Con este objetivo, se limitan instintos naturales del hombre "salvaje". Tal vez el conflicto comienza cuando en pos de este objetivo, se torna más importante la deshumanización planteada que el concepto inicialmente expuesto, con lo cual se llega a plantear la duda de si el hombre civilizado no solamente es una auténtica y sincera representación en sí, sino si durante su concepción se ganó más respeto "democrático" de lo que se perdió en libertad individual.
Detrás de este análisis, no se encuentran, sean compartidas o no, ideas de organización social anárquicas.
Se trata de entender en qué nos basamos para tomar ciertas decisiones individuales que muchas veces atienden más a formas socialmente correctas que a sinceras representaciones de nuestras ideas y/o sentimientos.
En nombre del respeto al prójimo hemos históricamente justificado actos cobardes, opiniones tibias o posturas de nulo valor crítico.
En consecuencia no es en vano alentar hoy, sin despreciar la evolución lograda por el ser humano en el transcurso de la historia, la lucha por que la civilización no deshumanice al hombre.

La Condena de Caín

2 comentarios:

cuti dijo...

NO HAY NADA DE ANARQUISMO AL PLANTEAR ESA DUDA. NO LOS VEO COMO UN ZARATUSTRA ESCAPANDO DEL NIHILISMO REINANTE. ES HONESTA ESA DUDA, PREGUNTAR ES MIRAR O IMAGINAR UNA POSIBLE SOLUCION AL GRAN DILEMA IRRESOLUTO: QUE HACEMOS CON ESA TENSION QUE CARGAMOS? QUE HACEMOS CON EL CONFLICTO DE VALORES NO SOLO SOCIAL SINO PERSONAL? COMO TRADUCIR Y EXPRESAR A ESE HERMANO ASESINO, PROPIO DE TODOS, Y TRAIDOR DE LA VOLUNTAD IMPUESTA CON SANGRE, A ESE CAIN ERRANTE QUE NOS INVITA A NUEVOS CAMINOS, TAN DIFERENTES DE LAS CALLES DE LA CIVILIZACION URBANA.

Anónimo dijo...

NO HAY NADA DE ANARQUISMO AL PLANTEAR ESA DUDA. NO LOS VEO COMO UN ZARATUSTRA ESCAPANDO DEL NIHILISMO REINANTE. ES HONESTA ESA DUDA, PREGUNTAR ES MIRAR O IMAGINAR UNA POSIBLE SOLUCION AL GRAN DILEMA IRRESOLUTO: QUE HACEMOS CON ESA TENSION QUE CARGAMOS? QUE HACEMOS CON EL CONFLICTO DE VALORES NO SOLO SOCIAL SINO PERSONAL? COMO TRADUCIR Y EXPRESAR A ESE HERMANO ASESINO, PROPIO DE TODOS, Y TRAIDOR DE LA VOLUNTAD IMPUESTA CON SANGRE, A ESE CAIN ERRANTE QUE NOS INVITA A NUEVOS CAMINOS, TAN DIFERENTES DE LAS CALLES DE LA CIVILIZACION URBANA.